Sangre fresca

Estos días, para una asignatura de Comunicación Audiovisual, hemos hecho un trabajo sobre el género de vampiros desde la perspectiva de los estudios culturales. Yo me he encargado de la parte actual y, para ello, he tenido que volver a ver la mitad de la primera temporada de True Blood y ver, por primera vez, la primera película de la saga Crepúsculo. Sin duda, son los exponentes más importantes de un género que hoy en día está muy de moda.

Volví a ver True Blood con mucho interés al principio. En comparación con la tercera temporada, los primeros episodios son mucho más potentes y por lo menos, al verlos, tienes la sensación de encontrarte ante un enfoque bastante novedoso en el género. Y por supuesto, las líneas argumentales y los personajes son más sólidos y están mejor trabajados que en la tercera temporada.

Sin embargo, según fui avanzando, fui perdiendo ese interés inicial hasta terminar viendo los episodios por mera obligación. He llegado a la conclusión de que lo mejor que tiene la serie es su planteamiento inicial, la nueva situación en la que la existencia de los vampiros es oficialmente reconocida y tolerada gracias a esa bebida sintética que los japoneses han inventado. El planteamiento es ciertamente muy bueno y, sobre todo, muy prometedor, pero no creo que se aproveche todo su potencial.

Al final su dimensión espectacular y sus excesos hacen que la serie vaya naufragando poco a poco, hasta llegar al hundimiento de la tercera temporada. Puede que suene exagerado, pero me da rabia pensar en lo que podría llegar a ser la serie con ese planteamiento y en lo que, sin embargo, se ha convertido. Definitivamente no es una serie que merezca la pena revisar. Volví a ver Twin Peaks entera, y volvería a ver Perdidos por la complejidad de su trama, o Mad Men por su profundidad, pero, desde luego, True Blood sólo por obligación.

Con Crepúsculo me ha pasado algo parecido. Para empezar, no es una película que yo vería libremente; sin embargo, he de decir que me ha sorprendido, me la esperaba mucho peor. Me ha interesado mucho su planteamiento, el de la chica que llega al pueblo y conoce al vampiro, y la adaptación actual que se hace del vampirismo al género adolescente, aunque lo que veamos sea, en cierta medida, típico.

Y es que, al estar ambientada en el Estado de Washington me ha recordado un poco a Twin Peaks. Incluso aparece una cascada, cuando los Cullen van a jugar al béisbol, que me ha recordado mucho a la de la serie de David Lynch y Mark Frost. No puedo evitarlo, si es que ya sólo con escuchar las primeras notas de la intro de Twin Peaks me pongo nostálgico (por suerte, Bob no era un vampiro).

Sin embargo, la película deja de gustarme según avanza. A falta de media hora para el final, la trama plantea a los personajes, con muchas prisas, un conflicto que a esas alturas ya no tiene ningún sentido. Paralelamente, el «ya no puedo vivir sin ti» que se va adueñando de los protagonistas acaba haciendo todo bastante inaguantable. Me han dicho que el resto de películas son así, lo mejor para mí será no verlas.

Pero, por muy populares que sean True BloodCrepúsculo, para mí el mejor referente del género de vampiros en la actualidad es, sin ninguna duda, Déjame entrar. Y me refiero a la versión sueca original, elremake estadounidense no he querido verlo. Ninguna escena de True Blood ni de Crepúsculo es capaz de superar la atmósfera que crea Déjame entrar, sus planos, su ritmo sosegado y, en ningún caso, la historia de amor y amistad que narra.

Miguel Esteban Rebagliato

 

4 Respuestas to “Sangre fresca”


  1. 1 Patricia Herrero 13 enero, 2011 a las 12:54

    Oh, conforme avanzaba el post no podía dejar de pensar en Déjame Entrar, en plan «que se quiten True Blood y Crepúsculo ante esta gran película», jajaja. Veo que al final has hecho referencia a la misma, eso me gusta 🙂

    Y sí, True Blood comienza muy bien, pero luego le meten una serie de historias que no la benefician para nada, mientras conserva otras aún interesantes… Y, como dices, podría haber sido mejor serie, después de la gran primera temporada que tuvieron. Ya veremos por dónde van los tiros en la cuarta…

    Ahora toca ver Misfits, Miguel 🙂

  2. 2 Tarý 20 enero, 2011 a las 0:31

    Es curioso que precisamente este quatrimestre he tenido que hacer un trabajo en grupo para la asignatura de Historia de los medios audiovisuales y hemos escogido tratar el tema del vampirismo, aunque nos hemos centrado más en la evolución del perosnaje en sí.
    Y precisamente hemos citado (entre muchos otros) estos mismos ejemplos.

    Parece que poco a poco los vampiros entran en nuestras vidas sí o sí. Quizás a ti te ha gustado Déjame Entrar V.O(a mí también, la sueca, aunque mi primera impresión fue distinta) y quizás a otros les gusta Crepúsculo y a otros True Blood (personalmente me gusta, aunque pienso igual que tú, que está desaprovechada, y más aún cuando me estoy leyendo las novelas de Charlaine Harris en inglés, sobre las que la serie se basa.) pero la cosa es que de una forma u otra nos gustan los vampiros, ¿no?

    Un saludo Miguel 😉
    Ya me iré pasando por aquí!

    PD: y a mí tampoco me importaría aportar algo de vez en cuando!

  3. 3 Miguel Esteban Rebagliato 20 enero, 2011 a las 0:35

    ¿Cuál fue tu primera impresión con Déjame entrar? Es curioso, hoy mismo me han hablado de las novelas de Charlaine Harris. ¿Qué te están pareciendo?

    Yo encantado en que colabores. Si quieres escribir algo alguna vez, no tienes más que decírmelo y si quieres puedes escribir regularmente también 🙂

  4. 4 Tarý 20 enero, 2011 a las 10:29

    Pues verás con Déjame Entrar, a primeras no me gustó. Me parecía lenta a más no poder. Me gustaban los personajes, la historia, pero esa lentitud pudo conmigo en la primera impressión y ya no me fijé en los demás demás aspectos que tiene.
    No quiero decir que sea una película que me encante, pero no está nada mal y es interesante ver como se plantea la idea de humano se enamora de vampiro.
    Lo que digo es que después de verla también estuve pensando y dándole vueltas a la película, hasta que comprendí que el ritmo formaba parte de su encanto, eso es todo.

    Y cuando tenga algo interesante sobre lo que escribir o vaya al cine ya te mandaré algo 😉


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Miguel Esteban Rebagliato

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